
He intentado alcanzar un pico
y no he llegado;
sin embargo en el camino
he tocado y he sentido
entre mis brazos agarrado
el Ocejón plateado.
Atravesando tierras castellanas,
surcando zigzagueantes senderos,
el humo de las chimeneas
en Valverde de los Arroyos
me ha invitado a conocer
su torre custodiada por castaños.
En su roca de pizarra
he leído:
-“Sube, sube.....
que arriba te esperará
el farero”.-
Siguiendo huellas
de burros milenarios
me encontraron nubes
y me perdí en ellas.
Grité, y grité
y nadie respondía,
sólo mi voz volvía.
Agotada y temblando,
me he quedado con la curiosidad
de saber, después de todo
si en lo alto de la torre
el farero me ha esperado.
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