miércoles, 26 de noviembre de 2008

Día blanco


Amaneció y aún dormía, escondida bajo las sábanas. Durante unas horas retó a la luz dibujando espesas cortinas tras sus párpados. Sólo hubo un instante, un desliz, en el que la curiosidad la invadió y quiso mirar a su adversario frente a frente descubrió entonces, en la premura de la luz por despertarla, pequeños silencios colgando de hilos de cristal danzando lentamente al ritmo de las nubes. El día era blanco, y entre ella y el cielo mil silencios se llamaron nieve tras el cristal de la ventana.

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