martes, 10 de marzo de 2009

Correspondencia Luz


 

I.

Parecen no entenderlo, intentas que sea sencillo, no como una estrategia sino porque no entiendes otro modo de hacerlo. Cada movimiento que generas proviene de impulsos meramente intuitivos que por error o acierto te llevan por tu camino.

Las rejas de la jaula son definiciones que pueden o no definirte, y al igual que te gusta regirte por la sencillez, esta es la misma que te mantiene encerrada.

No soy un puzzle, ni un trabalenguas, ni tampoco un rompecabezas. Me gustan los dias de tormenta en el campo, cuando entre las nubes la luz hace malabarismos por dejarse ver, me gustan unas tostadas con aceite y tomate y un zumo de naranja por la mañana, me gusta que me despierte el dia a través de la ventana, me gusta sentarme en el asiento del metro y contemplar a las personas que pasan, y las estaciones pasando, la sombra del candelabro en la pared, me gusta hundirme en la arena y que las olas lentas me encuentren, las tardes tranquilas, las escenas únicas, escuchar la guitarra en las manos de mi padre, contemplar la delizadeza de sus dedos sobre ella, y su mirada siguiendo la partitura, sentarme en el banco de madera del porche yo sola y ver como la primavera roza con ternura los árboles de la Huerta, mirar durante horas la ría, la tranquilidad de la nieve flotando a mi alrededor. Y también me gustan las caricias, aunque me cueste darlas, y las miradas rebosantes de historia o de misterio, me gusta reír hasta que duele la quijada de tanto hacerlo, o cuando me da la pájara. 

elabrigomenrrosca.

 

II.

 

Nunca apagues esa luz, la que llevas, la que muestras en muchas ocasiones, y particularmente cuando escribes; es la luz del mundo para muchos, aunque no te lo parezca gracias a muchas luces como la tuya el mundo se sostiene y no se resquebraja. Ahora mismo me inciden los primeros rayos de sol de la mañana de este nuevo día y creo mucho mas en todo, mucho mas en ti, en la fuerza de tus capacidades y en la energía de las mías. Me baño y regocijo en esta explosión matinal de vida, aunque esté en la jaulita del trabajo, donde nunca lograron extirpar mis amígdalas de libertad.

sajorzepola.

 

III.

 

La luz está a tu alrededor, la luz anoche no era pálida luz de luna, la luz anoche bañaba lunar los rincones, mientras tímidas nubes sin gloria no eran capaces de esconderla, y desde una ventana una cortina de espeso terciopelo tinto se arrugaba dejando que mis ojos fueran testigos de un espectáculo que a otros escogió dormidos. La luz de la mañana escondió brevemente el secreto del sol y me descubrió enredada entre las sábanas que perezosas no querían que mis párpados hinchados de sueños asomaran al alba. La luz  toma peso en la niebla, aunque presuma de ser incierta, y en las ramas de árboles caducos acurruca los colores exactos de su naturaleza. La luz pendula en la nieve y se divide en partículas temblorosas que juegan al ritmo de la respiración precisa del aire. La luz está en mí, porque descubre mi figura a un mundo invadido por el olvido de la presencia de la luz. La luz está en mí, pero la luz no soy yo, yo sólo soy aquella que canaliza sus símbolos y los atrapa en palabras, en el blanco luminoso de una pantalla, yo sólo sintonizo mis dedos al teclear de los parpadeos de ella, y en ocasiones encuentro su frecuencia esparcida en letras.

elabrigomenrrosca.


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