domingo, 28 de septiembre de 2008

Sospecha de tormenta

En la hierba amarilla
el silencio suena
a mil cigarras;
en la casa vacía
huele a tuberías podridas.
Desde una banqueta
de madera roída
se alcanza a ver
el vuelo de una
alondra perdida.
Se sospecha
la tormenta,
sin ser tormenta.
Y el trueno no
es trueno,
sino el crujir de bienvenida
de una casa dividida.

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