domingo, 28 de septiembre de 2008

Tic, tac

Agarrada con celo a una piedra,
dibujas tu felicidad o infelicidad,
sobre unas sábanas inmaculadas.
Y en ese placer
de tu almohada acurrucada
sueñas tus recuerdos;
devolviéndoles la magia
que en tantas ocasiones les faltó.
Y al amanecer esfuerzas
tu despertar anestesiado
de tanto entusiasmo
pidiéndole que selle
cada uno de tus sueños
para otra noche poder buscarlos
ante el tic, tacde tu despertador pasado de cuerda

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